¿A qué juegan nuestros políticos? |
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septiembre 1st, 2011 | |
El Comité de Turismo y Convenciones del Municipio de Tijuana en conjunto con la agencia Testa Marketing quieren ofrecer una imagen divertida, sana y creativa de la ciudad, a través del juego TijuanOpoly, una versión “Tijuaneada” del famoso juego de mesa Monopolly.
El proyecto que tiene previsto dotar de ingresos adicionales al Ayuntamiento de la ciudad y proyectar una imagen positiva de los patrocinadores, como empresas socialmente responsables y comprometidas con Tijuana, se encuentra en su etapa preliminar de comercialización. La agencia de relaciones públicas Patty San Román y Estrategias de Relaciones Públicas, que pretende vender los espacios del tablero a empresas locales, hasta el momento ha logrado colocar el 30 por ciento de los espacios disponibles, a un coste que va desde 2 mil a 15 mil dólares, aunque el 50 por ciento de lo que paguen los interesados se les rembolsará en unidades del juego. “El juego va a estar representado por muchas de las empresas que conforman nuestra ciudad, de esta forma vamos a montar al proyecto a la iniciativa privada”, explicó Cachu Manrique, director del proyecto Tijuanopoly. Esta iniciativa ya se ha llevado a cabo en ciudades como Nueva York, Paris y Liverpool, entre otras, pero en el caso particular de México, Tijuana es la primera ciudad en la que se pone en marcha este proyecto. Según resaltó el director del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana, Alan Bautista, ésto lo convierte “en una buena e innovadora herramienta de promoción para la ciudad”. Cachu Manrique explicó que en la primera edición, prevista para el mes de noviembre, se realizarán cinco mil ejemplares de prueba, paralelamente, durante esta primera fase se intentará involucrar a la sociedad tijuanense en el proyecto, para que aporten ideas mediante el Facebook oficial de Tijuanopoly: www.facebook.com/tijuanopoly.
Ante este tipo de iniciativas, en el extremo opuesto se posicionan ciertos colectivos de la sociedad civil mexicana que se cuestionan la utilidad de este tipo de eventos locales, para la promoción del turismo de la ciudad, principalmente porque estas acciones se dirigen a la propia sociedad tijuanense y no a turistas potenciales. Otra voces más criticas se preguntan si este tipo de eventos no son más que una forma de “distraer” fondos públicos hacia intereses privados o cobrar a las empresas privadas la venta de dádivas administrativas (la tradicional mordida).
En agosto de 2011, tras un año de extremada violencia en Acapulco y Guerrero (dos de los principales destinos turísticos del caribe mexicano), Graciela Báez Ricárdez, secretaria de Fomento Turístico en Guerrero, dijo en conferencia de prensa que a pesar de los hechos violentos que han afectado la imagen del puerto, no es necesario crear una oficina de crisis, sino trabajar la imagen de Acapulco con una agencia de relaciones públicas, la cual ya se contrató. «La oficina de crisis es innecesaria, lo mejor es la contratación de una agencia de relaciones públicas para que asesore a los líderes de opinión del sector turístico» (periodistas). Mientras que para Báez Ricárdez afortunadamente los turistas que han sido víctimas de la violencia en este puerto «son un número significativo comparado con el número de turistas que llegan al puerto». Para, Erika Lurhs Cortez, secretaria de Turismo Municipal de Acapulco, son las notas periodísticas acerca de la inseguridad en el estado, las que afectan negativamente al negocio turístico, aunque, al menos, reconoció que «no se puede tapar el sol con un dedo». Para Lurhs Cortez, como para la mayoría de los políticos mexicanos, los problemas de Acapulco no tienen nada que ver con la desigualdad e injusticia social, la ostentosa corrupción administrativa, la delincuencia policial o la inexistencia de un Estado de Derecho que se sustente sobre la independencia del poder judicial. Todo el problema viene causado por la irresponsabilidad de los periodistas que se dedican a destruir caprichosamente la industria turística de Acapulco con su información. A este respecto, el relator de la ONU para la libertad de opinión y expresión, catalogó a México como el país de América más peligroso para los periodistas, en un informe que presentó en 2010 ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra. «La libertad de expresión en México enfrenta graves obstáculos. En los últimos 10 años, 66 periodistas han sido asesinados y 12 han sido desaparecidos. México ha devenido así el lugar más peligroso para ejercer el periodismo en las Américas», aseguraba Frank La Rue en su informe. “Las víctimas fueron periodistas que cubrían noticias locales sobre corrupción administrativa, narcotráfico, delincuencia organizada, seguridad pública» y la «ausencia de investigaciones concluidas en la gran mayoría de los casos impide determinar con exactitud las causas y los responsables de esos crímenes», precisó La Rue. Ahora, con esto no queremos alarmar a ningún turista, visitar México es una experiencia única y gratificante por la calidez de su gente, la importancia de su legado histórico y la belleza de sus parajes naturales. Como asegura Báez Ricárdez, la probabilidad que tienen ustedes de regresar a salvo con su familia al aeropuerto tras una visita a México, es muy superior a la de perecer en el intento. Eso si, no salga usted de las zonas seguras, evite cualquier signo externo que denote que posee algo de valor y, si es creyente, rece para no ser intervenido por la policía. Simón de María Redactor Centroamerica y EE.UU |
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Sección: Análisis y Opinión | |
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